Sonia es de Salamanca y quiere saber la diferencia entre cancer y tumor
Cuando sale la palabra cáncer en una conversación, la primera imagen que nos viene a la mente es la de un «bulto», un «nódulo» situado en algún rincón del cuerpo. Es lo que normalmente se denomina un «tumor»: una «pelota» de células que está en un lugar que no le corresponde.
Pero tumor y cáncer no son ni mucho menos sinónimos: ni todo tumor es un cáncer, ni todo cáncer es un tumor. En sentido estricto, un tumor no es más que un crecimiento anormal de alguna parte del cuerpo, que acaba hinchada. Ciertamente es lo que ocurre en el caso del cáncer, pero también se da en otras situaciones que no tienen nada que ver, y entonces decimos que es un tumor benigno.
Ejemplos característicos de estos tumores benignos son las verrugas, los pólipos o los lipomas que son unos nódulos de grasa que se les hacen a algunas personas bajo la piel). Las pecas, aunque a menudo son tan pequeñas que no tienen relieve, no son más que acumulaciones de melanocitos, las células que fabrican el pigmento de la piel, osea la melanina. Por lo tanto, se podría considerar que son una especie de tumor, por supuesto benigno.
Los miomas uterinos son un tipo de crecimiento del tejido muscular del útero, relativamente frecuente, que también son benignos. Ninguno de estos tumores son agresivos. Normalmente ni hacen daño ni pueden matar y solo en algunas ocasiones, dependiendo de donde estén, pueden comprimir los tejidos vecinos y dar problemas si alcanzan un volumen lo suficientemente grande. Las principales características que diferencian a los tumores de los cánceres son que suelen estar bien delimitados por una especie de cápsula de tejido normal que se forma a su alrededor, y que crecen despacio o incluso paran de crecer en un momento dado.
El caso del cáncer es completamente diferente. Por definición, es un grupo de células malignas. En este contexto «maligno» significa que, si no las detenemos, no pararán de multiplicarse, romperán la cápsula que rodea el tumor, acabarán extendiéndose por el organismo y, si no se hace nada al respecto, tarde o temprano causarán la muerte. Así pues, un tumor puede ser benigno o maligno, pero solamente estos últimos son los que podemos llamar cáncer. Por eso, cuando se hace la biopsia de un tumor, lo primero que se establece es si es benigno o maligno.
Para complicar más las cosas, algunos tumores benignos con el tiempo pueden convertirse en malignos, pero al revés no suele pasar. Pero atención: no todos los cánceres forman tumores. Ya hemos dicho que algunos de los que se originan a partir de las células de la sangre, como las leucemias, no suelen presentarse así. El motivo es sencillo de entender, ya que en estos casos las células cancerosas están circulando libremente por los vasos sanguíneos, independientes las unas de las otras y sin formar masas detectables. Naturalmente, esto no quiere decir que los cánceres de la sangre no sean tan peligrosos como los que sí forman tumores, porque estas células son igual de agresivas.
En resumen, es importante tener presente que el concepto de tumor y el de cáncer se refieren a dos cosas diferentes, a pesar de que es cierto que en la mayoría de los casos de cáncer sí se forman tumores y que solo alrededor de un 10% de los cánceres son de la familia de las leucemias.
Sonia espero haber sido claro y que tu duda se haya resuelto. Me despido sin antes recordar que podeis seguir enviando vuestras dudas porque yo soy David torres y esto es Pulsoalcancer.com